Relevancia: Regional
Clasificación: Inmueble
Conocida es la fama de Bueu por sus fábricas de salazón, aquí llegaron a finales del siglo XIX los llamados “fomentadores catalanes” que, al ver el potencial de producción de la ría, se afincaron para instalar numerosas fábricas de es este tipo de conserva. A lo largo de la costa del municipio llegó a haber unas treinta fábricas funcionando.
Pero esta fama venía de lejos, ya en la Época Romana existían este tipo de enclaves donde se salaba en pescado para su conservación, eran los llamados “Garum”.
Así se encuentran, restos de ánforas Romanas y la factoría de Pescadoira con varias partes: unas pías, un molino de harina, unas dependencias anexas y un antiguo horno de ánforas y otro de cerámica. Se trata de una cerámica de tipo “San Martiño de Bueu” y gracias a que los investigadores han podido rastrear hallazgos de este tipo de cerámica se sabe que las conservas de Bueu llegaban a lugares tan lejanos como Lisboa o Francia.
En la Edad Media la salida de los puertos gallegos de grandes cantidades de pescado salado, junto con pulpo seco y curado al aire, con destino a los puertos del Cantábrico, Portugal y Andalucía podría constituir una de las principales fuentes de riqueza del país.
También están documentados los envíos de ostra en escabeche a Castilla. El comercio de sardina con el Levante a lo largo de los siglos XV y XVI sufre la competencia de los comerciantes del mar del Norte, que comienzan a exportar arenque y bacalao escandinavo, y que se convierte en una crisis que se extiende hasta 1738, cuando se prohíbe el comercio con Inglaterra.
Con el desabastecimiento de los mercados del Mediterráneo y la crisis de la sardina, los comerciantes catalanes e italianos vienen a las costas gallegas para comprar sardina y conservarla con los métodos de salazón desarrollados por ellos mismos. Estas primeras actividades comerciales se desarrollaron en instalaciones provisionales de madera, cerca del mar.
La adquisición de la sardina “escochada” (sin acabeza, espina y tripas) a los marineros gallegos se hacía a cambio de productos del Levante, como vino, aguardiente y otros licores, aceite y jabón, además de bacalao danés.
Después del proceso de escochado, se procedía a poner en salmuera y se dejaba salar en unas pías un día entero. Al día siguiente se retiran de la salmuera y se iban metiendo en unas barricas de manera circular donde se les iba añadiendo sal entre cada vuelta para evitar el contacto entre ellas. Una vez llena se tapaba para su comercialización.
Por su parte, la cabeza y las tripas se prensaban en la talla poniendo una piedra de gran tamaño encima de la tapa. De ahí se extraía la grasa o saín que se empleaba para el refinado de cueros, protección de maderas, fabricación de pinturas, como aceite de iluminación o lubricación o para exportar a diversos puertos europeos como Hamburgo, Liverpool o Londres y americanos como La Habana.
A partir de 1810 se conforman compañías locales que se iban integrando en la sociedad marinera de la época para explotar estos recursos, principalmente sardinas. Parte de los beneficios de dedicaban a la propia actividad de las fábricas de salazón, como construcción y modernización de edificios; la construcción de nuevas embarcaciones, las redes y artes de pesca.
Salvador Massó Palau trajo en 1816 hasta Bueu a siete franceses que conocían el proceso industrial de las salazones. Entre ellos estaba Pascual Dargenton Lafont, con el que crea la primera fábrica de conservas, llamada La Perfección. Esta sociedad se disuelve en 1898.
Los hijos menores del fundador, Gaspar y Salvador Massó Ferrer, crearon Massó Hermanos S.A., dedicada a la producción de conserva, salazón de pescado, compra y venta de harina, redes y fabricación de artefactos de pesca. En el año 1926 construyen una segunda fábrica en Bueu.
En Beluso, en la zona de Cabo Udra, se encuentra la playa de Mourisca y, a la izquierda de la misma en las inmediaciones se sitúa una antigua fábrica de salazón que fue reconstruida por los arquitectos Alicia Freire y Mauricio Sanchez-Bella. Esta fábrica de finales del siglo XIX y principios del XX presenta en su patio interior casi intactos los “machos”, las grandes piedras que se utilizaban a modo de prensa. También están las “pías”, los pilones donde se salaba el pescado.
Se puede ver el interior de esta antigua fábrica desde un portal ya que es propiedad privada. Desde allí se aprecian todos los elementos incluso un pozo de agua dulce que se encuentra en el patio.
A mediados del siglo XVIII, con la llegada de los catalanes, la salazón pasa de ser un negocio familiar a facturarse en los nuevos almacenes o fábricas, construcciones dotadas de varias salas con ocho y diez lagares, cocina y vivienda, así como las artes con que se extraían eran también novedosas denominado jábegas. Su sistema de envasado sigue haciéndose también en barriles de madera, que los catalanes denominan tabares o cascos.
Ya en 1839, los catalanes empleaban el término "Peseta" en algunas facturas de sus transacciones. En esa misma fecha, se envían desde Beluso a Barcelona 24 cascos conteniendo 198 millares de sardina salada prensada al precio de 16 y 18 pesetas el millar. La peseta sería moneda oficial en España a partir de 1870.
Beluso es un pueblo marinero que pertenece al municipio de Bueu, en la provincia de Pontevedra. Desde sus inicios, sus habitantes se han beneficiado de todas las actividades relacionadas con el mar, incluso con la salazón de pescado.
Durante los siglos XIX y XX, Bueu se convirtió en un lugar de referencia para la industria de la salazón y de la conserva. De hecho, en sus tiempos, contaba con unas treinta salazones. Actualmente, se puede observar la antigua salazón de Mourisca, que goza de muy buenas condiciones de conservación y, gracias a ella, los visitantes se pueden hacer una idea de cómo se trabajaba en aquella época para conservar el pescado.
Este espacio cuenta con una superficie de 800 metros y se encuentra cercado por unos muros en buen estado de conservación. Dispone también de suelo de piedra, un lavadero, un pozo y una pequeña vivienda. Además, se encuentra catalogado por el Plan Especial de Cabo Udra y por la Xunta de Galicia en búsqueda de su pronta restauración.
La técnica de la salazón llegó a Galicia gracias a los fenicios, hará unos 2.500 años. Posteriormente, los romanos usarían las salinas romanas y fue con los catalanes en el siglo XVIII cuando se creó esta industria. El método consiste en deshidratar alimentos; es decir, salar, lavar y secar los productos para reforzar su sabor y para que duren más tiempo en buen estado.
ES_ Ría de Pontevedra
Puerto / Fondeo / PlayaPuerto de Beluso
Localización
Bueu
(Pontevedra)
España
Rural
ServiciosSe puede visitar todo el año
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